LA PRESA


La pena y la desgracia que cae sobre mi
la dejas morir en corazon lleno de amor
teniendo la vida y luego dejarla ir
para quien no sabe de tu calor
Frios aullidos que en mi alma hay
calidos brazos en los que me puedo refugiar
en las sombras de tu maldita soledad
por las cuales nadie sabe callar
En mil deseos perdidos por matar
no sé si podremos regresar
a la vida que nunca debimos renunciar
por mil años los lamentos se oiran
de aquellas almas nadie pudo aceptar


La caceria de hoy ha comenzado
en finas telas te he de imaginar
recostada, amordazada y herida
para poder de tu vida saborear
delicioso nectar que tu cuerpo me da.
Tu sangre hoy hemos de robar
de tu cuerpo ya sin fuerza,
no hay por que rogar mas
si tu ser, tu voluntad y la ultima capacidad
pertenece a la mas cruel y despiadada criatura
que jamas deviste de invocar


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